Dra. Natalia Téllez Baquero.

Pediatra Neonatóloga con Diplomado en Estimulación del Neurodesarrollo y Posgrado en Nutrición Pediátrica en los Primeros Mil Días.

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Oxitocina, la hormona del amor

¿Qué es la Oxitocina?

Una vez que el bebé tenga este primer acercamiento con el seno materno dará inicio su primera toma de leche materna y sumado el contacto con la piel de mamá, su olor y calor comenzará a generarse tanto en el recién nacido como en su mamá, la producción óptima de oxitocina en la sangre, la famosa “hormona del amor”.

Esta hormona permitirá una mejor adaptación del bebé a su nuevo ambiente, disminuyendo el riesgo de dificultad respiratoria, ayudará a generar un efecto anti-estrés dándose naturalmente una baja de la tensión arterial y ritmo cardiaco, dando por resultado bienestar y relajación a ambas partes, además de una óptima termorregulación.

La oxitocina también fomenta una mejor adaptación emocional: menos llanto, mejor sueño, mejor vínculo mamá-bebé. Al disminuir las hormonas de estrés, se controlarán mejor los niveles de azúcar en la sangre del recién nacido, ayudándolo en su adaptación metabólica.

Agudiza y perfecciona en la mamá su nivel de percepción, el cual le sirve para detectar las reacciones y emociones de su hijo, logrando mayor confianza y seguridad para ofrecer los cuidados básicos que el bebé necesita, generando satisfacción materna y con ello sentimientos positivos disminuyendo el riesgo de depresión postparto.

¿Cómo sucede la hora de oro?

Si las condiciones de la madre y el bebé lo permiten, el contacto piel a piel debería empezar inmediatamente después del nacimiento, ya sea por parto natural o cesárea, después del pinzamiento del cordón (mínimo 30 segundos después del nacimiento o idealmente, hasta que el cordón umbilical deje de latir), y continuar hasta la primer toma de leche materna.

La “hora de oro” en el nacimiento, es un proceso natural y maravilloso que al ser respetado permite que el recién nacido tenga una adaptación fisiológica, y su madre, un posparto más natural, agradable y feliz.

Es cierto que en condiciones de enfermedad materna o del bebé es necesario romper el proceso en busca de la estabilidad de ambos. Pero esto sucede en menos del 10% de todos los nacimientos.

La “hora de oro” es un derecho al nacimiento, y nuestro objetivo como pediatras neonatólogos debe ser propiciar un medio seguro, íntimo y de acompañamiento durante estos primeros minutos.

Desafortunadamente, no todos la conocen o saben cómo fomentarla. Por eso es tan importante que el equipo que acompañe a la madre, y al bebé (ginecólogo, neonatólogo, anestesiólogo, doula, enfermera, incluido el hospital) cuenten con el conocimiento, la experiencia y el compromiso para lograrlo.

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