La pelvis es una estructura ósea que está formada por dos huesos grandes unidos por cartílagos y ligamentos en dos articulaciones situadas en la parte inferior de la espalda baja de la mujer denominadas articulaciones sacro ilíacas y en la zona frontal el hueso pubis.
La pelvis se divide en dos regiones: la pelvis mayor y la pelvis menor.
La pelvis mayor contiene parte de las vísceras abdominales, mientras que la pelvis menor contiene la vejiga, el útero y el recto.
El papel de la pelvis es muy importante durante el embarazo y el parto, ya que contiene al bebe y ayuda a facilitar el parto.
Está cubierta en su parte inferior por un conjunto de músculos llamados piso pélvico que están colocados como una hamaca soportando el peso de los órganos.
Empezando el segundo trimestre del embarazo, se secreta una hormona llamada relaxina que ayuda a suavizar y relajar los ligamentos, haciendo que la pelvis sea elástica, en lugar de rígida.
Esto les da a los huesos pélvicos la capacidad de estirarse y abrirse más fácilmente para el nacimiento del bebé.
Él bebe junto con el útero va creciendo y aumentando su tamaño durante 9 meses, tener una pelvis rígida no ayudaría nada a que él bebe pueda moverse y acomodarse en la posición correcta durante el embarazo.
Realizar ejercicios específicos para la pelvis durante el embarazo es de suma importancia para que la mamá logre un parto más llevadero, realizarlos de la manera adecuada y desde el comienzo del 2do trimestre ayudará a que él bebe se acomode y la pelvis sea una gran aliada durante el parto.
No solo es importante realizarlos para el parto, si no para evitar dolores durante el embarazo, ya que es muy común que se presenten dolores en la zona de la pelvis durante el embarazo y esto debido a la relaxina o por procesos biomecánicos que el cuerpo hace para poder compensar los cambios en el centro de gravedad por el crecimiento del vientre.
El dolor pélvico puede aparecer en cualquier momento del embarazo, pero es más común en las etapas avanzadas. Puede ser agudo y punzante, o más leve y progresivo. En general, es posible encontrar una postura que mejore el dolor.
Para aliviar el dolor pélvico, puedes:
- Descansar y delegar tareas.
- Evitar esfuerzos, cargar, levantar o empujar cosas pesadas.
- Cuidar tu postura al levantarte, subir o bajar escalones.
- Realizar ejercicios de estabilización de la pelvis, como la respiración 360 (activando transverso abdominal y piso pélvico).
- Aplicar calor a las zonas doloridas.
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