No se imaginan cuantas veces he escuchado a mujeres que en lugar de tener ilusión por el momento de su parto tienen sentimientos de miedo y de angustia... quieren conocer a su bebé, claro, pero realmente sufren esperando ese momento meses antes de que suceda...
¿Me va a doler? ¿Qué se va a sentir? ¿Y si no puedo? ¿Y si no sé cómo? ¿Y si se complica? ¿Y si me hacen esto o lo otro? ¿Y si no llego al hospital? ¿Y si viene con el cordón enredado?
No se dan cuenta de que el parto es un suceso hermoso al que no hay que tenerle miedo ni verlo como un sufrimiento, sino como un momento de transición, de plenitud, transformación, alegría y vida. El miedo es un recurso poderosísimo del cuerpo humano cuando esté se encuentra ante una amenaza real porque desata una serie de funciones de supervivencia necesarias para enfrentar una amenaza.
Pero ¿dar a luz es una amenaza, es un peligro? ¡PARA NADA!!! Es nuestra mente, nuestra falta de información, nuestros prejuicios, y la manera en la que los medios y hasta la televisión muestran el parto, lo que nos hace tenerle miedo y nos dan esa angustia meses antes de tener a nuestro bebé... Es un miedo fabricado en nuestra cabeza.
¿Cómo controlar ese “miedo”? Informándote, preparándote en cuerpo y mente para el momento, rodeándote de tu tribu de mujeres que te contengan, entendiendo lo que va a suceder y sobre todo sintiendo esa fuerza interior y mamífera que vive en ti.
Nervios, sí... Expectativa, si... Anticipación, si... Emoción, si.... PERO MIEDO NO...
