- Infórmate antes de que nazca tu bebé. Existen decenas de mitos en torno a la lactancia. Una madre bien informada tiene una mayor probabilidad de tener una lactancia exitosa; toma un curso prenatal de lactancia o lee algún libro de alguien bien preparado (si puedes hacerlo en compañía de tu pareja, ¡mucho mejor!).
- Apego inmediato al nacer. En la mayoría de los partos (aún en cesáreas), debería ser posible colocar al bebé piel con piel sobre su madre inmediatamente después del nacimiento. El apego inmediato activa la producción de oxcitocina y de prolactina, hormonas que estimulan la producción y secreción de la leche.
- Alojamiento conjunto durante tu estancia hospitalaria. Esto facilita que tu bebé pueda ser amamantado constantemente (al menos 8 veces cada 24 horas), lo cual es esencial para estimular la producción de leche los primeros días.
- No introduzcas ningún suplemento a tu bebé (a menos que sea médicamente indicado por tu pediatra). ¡La leche materna es el mejor alimento para tu bebé y contiene todo lo que necesita!
- Ofrecer el pecho a libre demanda y no saltarse tomas. Tu bebé es el mejor regulador de la producción de leche. Al ponerlo al pecho a libre demanda, se encargará que tus pechos produzcan la leche que necesita.
- Aprende a mantener una buena posición en el pecho. Esto garantiza una succión efectiva y la salud de tus pezones.
- Mantén un registro de los pañales de orina de tu bebé. Cuando tu bebé hace pipí, nos indica que está bien hidratado. Lleva una cuenta de los pañales que moja. Éstos deben aumentar gradualmente de acuerdo al día de vida, y a partir del quinto día debe mojar 5 pañales o más cada 24 horas.
- Busca ayuda profesional a tiempo cuando la necesites. Si tienes problemas con tu lactancia o necesitas resolver tus dudas, consulta a una profesional de lactancia certificada, IBCLC, lo antes posible.
Michelle Klapp
Consultora Internacional Certificada en Lactancia Materna, IBCLC.
Instagram: @lactandomichelleklapp