Los primeros días de vida de tu bebé son importantísimos para establecer tu lactancia correctamente, lo que hagas desde que te encuentras en el hospital influye en gran medida en como se irá desarrollando tu lactancia a corto y mediano plazo, por lo que te dejo estas recomendaciones para que puedas ponerlas en práctica desde el primer momento.
1.- Apego inmediato: La recomendación internacional actual para todos los bebés sanos es llevarlos directamente al pecho descubierto de mamá para hacer un contacto piel con piel y permanecer así durante la primera hora de vida, es lo que se conoce como “Hora dorada”, esta práctica además de ayudar a tu bebé a regular su temperatura y a que tenga una mejor adaptación al medio, te asegura un mejor inicio de la lactancia.
2.- Iniciar la lactancia durante la primera hora de vida: Tu bebé nace alerta y dispuesto a buscar tu pecho y succionar de él, después de alrededor de una a dos horas caerá en un sueño profundo y reparador debido a todo el cansancio del nacimiento, por lo que te será más complicado lograr un adecuado agarre al pecho, ¡Aprovecha antes de que llegue este momento!
3.- Solicitar Lactancia Materna Exclusiva: Pide a tu pediatra que deje la indicación firmada a las enfermeras que tu bebé no recibirá nada más que tu leche materna, pues de lo contrario existe el riesgo que le den algún suplemento sin que sea medicamente necesario.
4.- Alojamiento conjunto: Solicita que tu bebé permanezca contigo en el cuarto en lugar de llevarlo a cuneros, de esta forma podrán hacer contacto piel con piel, estar al pendiente de sus señales tempranas de hambre e iniciar la libre demanda.
5.- No introducir mamilas: La succión que necesita hacer tu bebé para extraer leche del pecho es totalmente diferente a la succión de una mamila, por lo que si introducimos este método desde el hospital puede causar confusión a tu bebé y dificultar un adecuado agarre al pecho.
6.- ¡Tu calostro está más que listo! Recuerda que tu producción de calostro (la leche especial del recién nacido) inicia desde alrededor de la semana 16 de embarazo, así que para cuando nazca tu bebé está más que listo para alimentarlo y su cantidad es perfectamente suficiente para mantenerlo satisfecho.
7.- Práctica y mucha paciencia: Llénate de muchísima paciencia, el principio puede costar trabajo, pero con la práctica lo irás logrando y si no, con gusto estoy para ayudarte. ¡Tú puedes!